Cuando pensás que tocaste fondo… hay más abajo. Cuando crees que lo que no te está saliendo va a empezar a funcionar, hay más cosas que te frenan. Sin embargo, ese no es el problema real, lo que más cuesta es… ¿saber? ¿ver? ¿entender? No sé realmente cómo decirlo.
Escucho y veo todo el tiempo gente hablando de astrología, de coaching, de autoayuda, de psicología diciendo que hay que abrazar el caos, soltar el control, ir igual aunque no sepamos cómo o hacia dónde. Y yo solo me pregunto: ¿qué significa realmente eso? ¿cómo se hace? ¡con ejemplos concretos, necesito que alguien me lo explique!
Soltar el control… me separé de una persona que todavía amo porque a su lado ya no podía ser quien realmente quiero ser sin lastimarnos, porque ya no puedo más morir de este hambre de libertad que tengo.
Abrazar el caos… vivo en un motorhome, materialmente en escasez, sin poder moverme como quisiera, sola, en duelo y transición, con un proceso continuo de reparación de heridas muy antiguas.
Ir igual sin certezas… tomé las decisiones que me trajeron acá por elección, consciente de que es lo que tenía que hacer para llegar a donde quiero. No me arrepiento de nada de lo que pasó, no haría nada distinto si no me trae acá de nuevo, porque al fin puedo ser una versión mía que sí me gusta, que no me traiciona.
¿Duele? sí. ¿Cuesta? sí, mucho. ¿Lo cambiaría por la incómoda comodidad de la estructura en la que viví encerrada toda mi vida? Ya no, nunca más. ¿Confío en que esto también va a pasar y voy a llegar donde quiero estar? Sí, con una fe ciega, con todo mi cuerpo y mi alma, como nunca.
Pero acá estoy, frenada, dolida, triste, con miedos, sin soltar el control, sin abrazar del todo el caos y sin poder dejar atrás la estructura de pensamientos que me apresó tanto tiempo. Sin dejar de escuchar mi sombra…
Porque realmente no sé cómo hacer eso, cómo dejar atrás una lógica tan… ¿lógica? El sentido común me tiene atada sin dejarme ir atrás de lo que siento, de lo que sin saber cómo, confío en que voy a lograr.
¿Y qué es eso? Aún no lo sé, sin embargo, lo siento bien adentro de mis entrañas, es lo que toda la vida quise y no tuve, es lo que llena ese vacío. Mi verdad, mi esencia, mis deseos más genuinos… palabras, ideas sin forma, pero estas sí las entiendo, sí las veo aunque no sepa su forma.
En mis peores días siento que estoy en un pozo tratando de no hundirme más. Y allí es donde empiezo a darle forma a eso que no sé cómo hacer, soltar. Porque no estoy en un pozo, estoy en caída libre intentando por todos los medios aferrarme a algo para no morir.
Y no, Silvana, no se trata de eso. Se trata de desplegar las alas, de disfrutar el vuelo aunque no sepas dónde ni cómo termina. Podés pasarte todo el tiempo que quieras en el aire, volando alto.
Y ahí está la trampa de haber pedido libertad y movimiento con todas las fibras de mi ser: no tener la mente preparada para sostener eso…

¿Caer con estilo o volar libremente?
•
Deja un comentario